El doctor Daddy, un médico carismático y experimentado, ha aparecido mi fiebre irresistible con métodos tan calurosos como es efectivo. Chad Alva, su asistente muscular y viril, jugó un papel clave en esta terapia sensual, ofreciéndome una sesión inolvidable de atención íntima. Entre masajes profundos y caricias expertas, sabían cómo domar mi extrema emoción, sumergiéndome en un estado de placer intenso y liberador. Esta consulta tórrida, entre deseo y abandono, excedió todas mis expectativas, ofreciéndome una curación eufórica y una satisfacción total. Una experiencia traviesa y atrevida para descubrir sin moderación.